Advertencia (Warning):

El contenido de este blog son historias improvisadas en el momento, cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Los extrañe

Cansado ya de sobre exponer y exigir a mi cuerpo al antojo de una patronal, de un trabajo inútil y de fines de lucro para tener un gusto mis días de descanso, esta mañana gracias a mi mal estomacal decidí, después de años de no tomar el atrevimiento de hacerlo ni necesidad alguna, falte a mi labor de un infeliz cocinero. Pues así fue, me levante de mi cama que lanzaba humo a la contra parte de la sensación térmica de 5 grados, tome un té para asentar mi estomago pero no hubo caso. Las agudas nauseas de devolver la gratificante sena que dejo mi padre el día anterior me hicieron
tomar 10 minutos a mi favor para pensar que haría. Decidido tome el teléfono y marque los 8 asquerosos números que me comunicarían con mi autoridad laboral. Mi supervisora atendió y comente mi situación de mal estar que tenia, que me era imposible asistir el día de hoy y que por favor sepan disculpar. Colgué el teléfono y decidí aprovechar el día, pero mi inconsciente quizo lo contrario. Me dirigí hacia mi cama, me recoste y me tire de 30 metros a una piscina llena de sueños por completar y concluir en mi inconsciente....
Pronto pude deslumbrar una ventana tras un escritorio en el que estaba sentado escribiendo lo que algún día serian los versos que añore compartir con la gente que amo. Esa ventana, por la cual veia un atardecer morir, un cielo tan claro con algunas nubes decorandola como decoran las pelotitas de un arbolito navideño a un pino natural en algunos países, y sintético en otros.
No tuve necesidad de pensar ni ver a mi al rededor como para darme cuenta donde estaba. Una gran angustia invadió mi corazón y sentí una leve sensación y necesidad de dejar correr unas lágrimas de nostalgia. No podía creer que en ese lugar donde con muchos años de pasado y amor que había ahí, en ese momento fuera mi lugar de trabajo, mi escritorio donde dedicaba mis horas a escribir lo que tan solo dictaba mi corazón. Forzosamente muchas fotografías venían a mi ser, una tras otra, una, dos, tres... ¡¡¡Dios!!!...
Casi ahogado y confuso de no poder distinguir entre el reino de los sueños y la realidad, agite mi cuerpo. Frote mi cara con ambas manos y tome asiento en la cama. Recordaba todo muy claro como para dejarlo ir como dejamos ir a un familiar trotar sobre unos rieles de la terminal ferroviaria, corriendo a su lado, mirándolo por la ventanilla, hasta que el concreto nos diga: Hasta acá llegaste tarado.
No pude evitarlo, otra vez las sensaciones de nostalgia, angustia y fracaso, flotaban a mi al rededor como si fueran angelitos tocando el arpa después de un porrazo.
Tarde mucho tiempo, tarde años. Deje algunos amigos, algunos familiares atrás. Gente que creía en mi y leía con mucha euforia y amor lo que tenia para contarles. Pero así también sabemos que esta sociedad aparte de taparnos con hierro fundido nuestros pensamientos cada vez son mas sometidos al ahuecamiento de nuestros seres, nuestras mentes y corazones. Solo la verdadera amistad prevale ante el tiempo y los espacios mediante el recuerdo de lo que alguna vez fue y por lo que nunca sera. Solo así podemos sentir un cariño y una latente presencia ausente de un ser querido. Así mismo a vos te digo, que estas leyendo esto y sentís que te pateo algunas fichas del tablero, bienvenido a este mundo. A este lugar donde sabemos que jamas ni nunca habrán poesías. Os digo que me arrepiento muchísimo pero a la vez, esta distancia fue muy necesaria para poder darle un poco mas de madurez a esos versos, que no se si por egocentrismo, lo dudo, pero si por mucho mezquinar y querer, los amo.
Nuevamente vuelvo a no hacer poesías, no contar relatos que cuentan aquellos libros del secundario.
Vengo a decirte una vez mas que...


Aquí no hay poesías....


No hay comentarios: